Si hay algo que me engancha de la Web 2.0 es su carácter social. Hasta su aparición cada uno de los integrantes de la red hemos sido micromundos aislados que de cuando en cuando se unían mediante quedadas, foros, chats, etc. Sin embargo, cuando acababa la charla o la quedada volvíamos a nuestro microcosmos individual que nos aislaba del resto de individuos que conformaban la internet.
La llegada de la conocida como nube nos ha hecho más sociales, más compartidores de datos, de inquietudes, de deseos. Y una vez más vuelve la palabra tan querida por mí, nos ha hecho más asíncronos, más capaces de crear contenidos que dejamos escritos para que posteriormente, el que así lo desee, pueda consultarlos, leerlos, disfrutarlos o utilizarlos para su provecho y beneficio.
Una de las herramientas más increíbles en este sentido es Delicious, del que ya hablamos en la sesión de la semana pasada. Delicious es un marcador social pero, ¿qué diablos es eso? Un marcador social es una es un instrumento que nos guardará nuestros favoritos en la red para así poder ser consultados desde cualquier ordenador del mundo. Uhm, suena interesante, muy interesante pero... ¿y si le añadimos algo más? Con lo dicho anteriormente hemos definido marcador, sin embargo, ¿por qué es social? Pues bien, y aquí entra la potencialidad de la Web 2.0 ya que estos marcadores además podrán ser compartidos con otros usuarios mediante un sistema de etiquetas que nos permitirán conocer qué páginas le han parecido interesantes a otras personas que trabajan, por ejemplo, en nuestra misma especialidad.
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